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Quiénes somos

Somos las Hijas de San Pablo, Paulinas, una congregación religiosa femenina consagrada a Dios en la Iglesia Católica para evangelizar a través de las formas, medios y expresiones de la comunicación social. Recibimos nuestro nombre gracias al apóstol san Pablo, ardiente discípulo y misionero de Jesucristo, quien dedicó su vida entera al anuncio del Evangelio. Él vivió una plena identificación con Cristo que lo llevó afirmar: “No soy yo quien vivo, es Cristo quien vive en mí”. Herederas de este espíritu misionero y siguiendo las huellas del apóstol de las gentes, dedicamos todas nuestras fuerzas y energías para vivir y comunicar a Jesucristo, Maestro, Camino, Verdad y Vida en el mundo de hoy.

Espiritualidad

Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida
La devoción al Divino Maestro es temprana en nuestra Congregación. En el año de 1936 el Beato padre Alberione invitó a todas las comunidades a rezar, de manera especial el primer domingo del mes, la devoción a Jesús Maestro. Poco a poco la oración, el estudio y el apostolado se impregnaron de esta espiritualidad, transformándose en una actitud espiritual y vivencial.

“La devoción a Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida, lleva al culto perfecto a Dios. Cuando más la paulina vive como Jesucristo mas se convierte en Él. Cristo es la viña, nosotros los sarmientos: de Él nos llega la savia divina. Quien está unido a la Vida-Cristo produce mucho fruto". Beato Santiago Alberione.

Jesucristo es centro y fin de nuestra vida como cristianas, consagradas y paulinas. Él es CAMINO que nos lleva al Padre; y en el camino lo seguimos como discípulas y misioneras. Él es la VERDAD que los simples y humildes comprenden en su corazón, que responde a los anhelos más humanos y profundos. Él es la VIDA, escondida en lo surcos de la cotidianidad, alimentando nuestra existencia con sus sombras y luces.

Cristo es el primer comunicador, pues nos muestra al Padre lleno de compasión y amor por nosotros. Y nos envía al Espíritu Santo para que hagamos memoria de su acción salvadora. Así, lo que parece solo un aspecto cultural o social, es en realidad una experiencia que envuelve toda la creación, la humanidad y nuestra sed de trascendencia. Quien ama sólo quiere compartir, integrar, dialogar, expresar, sacar de dentro aquello que es mejor. Así es Dios Trinidad, así nos invita a hacer a nosotros sus amigos.

San Pablo
"Todos deben considerar a San Pablo como padre, maestro, modelo y fundador. Él lo es de hecho. Por él la Familia Paulina nació, él la alimenta, y la hace crecer, de él aprende el espíritu." (Beato Santiago Alberione. AD. nº2)

El beato padre Santiago Alberione, fundador de las Hijas de San Pablo y de la Familia Paulina, fue un hombre apasionado por san Pablo. Sus cartas y su figura le sirvieron de iluminación, no solamente para él, si no para cada miembro de la Familia Paulina.

Apóstol de la Palabra, Pablo jamás conoció a Jesús, el carpintero de Nazaret. Su experiencia de conversión fue escuchando la voz del Resucitado. Por eso se sentía totalmente en deuda con aquel que lo amó y se entregó por él. De lo único que se mostró orgulloso fue de ser Apóstol del Evangelio, mensajero de la Buena Nueva de salvación.

Apóstol universal, se hizo todo para todos. Jamás negó sus raíces judías, pero tuvo la mentalidad amplia para saber lanzarse a las fronteras del mundo. Reconoció en cada cultura la semilla de la Buena Nueva y quiso compartirla con todas las personas.

El año 2008-2009 fue declarado por el papa Benedicto XVI como año paulino, ya que se celebraban los 2.000 años de su nacimiento. Fue un momento de gracia para la congregación de las Hijas de San Pablo, para toda la Familia Paulina, y para toda la Iglesia, pues se redescubrió (y se sigue redescubriendo) la presencia de este apóstol apasionado por Cristo y por las personas, capaz de vencer todos los desafíos externos e interiores, pues sabe en quien ha puesto su confianza.

María Reina de los Apóstoles
"A este mundo pobre y orgulloso no se le puede dar ninguna riqueza más grande que Jesucristo. María dio al mundo la gracia en Jesucristo; y sigue ofreciéndoselo en los siglos. Ella es mediadora universal de la gracia, y en este oficio es madre nuestra. El mundo tiene necesidad de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. María lo da por medio de los apóstoles y de los apostolados, que ella suscita, forma, asiste y corona de frutos y de gloria en el cielo." Beato Santiago Alberione.

En la imagen de María Reina de los Apóstoles, ella sostiene a Jesús niño, por delante, en un claro gesto de entrega. Pues, los acontecimientos guardados en su corazón, enseñaron a María el secreto del Reino. En la humildad y el silencio, la vida que se entrega y se da por amor, da frutos, crece y transforma. El mayor deseo de toda persona es sentirse amada y aceptada, y sólo lo conseguirá cuando rompa las redes de egoísmos e idolatrías. Aquella jovencita que corrió por los cerros de Judá para estar con su prima, bien lo sabía. Por esto es Reina y maestra del apóstol. Aquél que es enviado por el Señor debe tener corazón grande para dar a todos. El anuncio jamás excluye, es signo de amor y caridad, construcción del Reino que en lo escondido crece.

El Beato padre Santiago Alberione siempre recomendaba rezar el rosario. En cada misterio del rosario contemplamos la vida de Jesús con los ojos de aquella que más lo comprendió y se convirtió en su discípula.

La fiesta de María, Reina de los Apóstoles se celebra el sábado anterior a Pentecostés.

Mujeres Comunicadoras

“Quisiera tener mil vidas para dedicarlas a este noble apostolado” Maestra Tecla
Cuando el padre Alberione, atento a los signos de los tiempos y a la evolución histórica del siglo XX, vislumbra el nuevo rol que la mujer deberá desempeñar en la sociedad, intuye que también la mujer consagrada a Dios, deberá dar su aporte a la evangelización en el amplio campo de la comunicación, donde le compete un verdadero ministerio.

Su opción radical por Jesús, orienta todos sus anhelos, capacidades y energías hacia Dios, transformándola en un testimonio vivo de la Fé que profesa, como garantía de su ministerio en la iglesia. Como San Pablo, el gran pregonero de Jesucristo, las Hijas de San Pablo dedican su vida al anuncio del Evangelio, tratando de hacer penetrar a Jesús en el corazón de todas las personas, como auténticas comunicadoras.

Presentes en 53 países, en las más diferentes culturas, las Paulinas realizan su misión apostólica con los medios de comunicación, tratando de influir en los procesos comunicativos que construyen la convivencia humana pacifica, fraterna, solidaria y asumiendo, también, los caminos electrónicos por los cuales el evangelio llega más rápidamente a las personas.

Horizontes universales, apertura a todos los pueblos, audacia para actuar en situaciones siempre nuevas propias de la comunicación, son la herencia que el Fundador les ha dejado para el desempeño de su misión. “La radio, la televisión, el cine, internet, cd, cd-rom, dvd, redes sociales, son los púlpitos de hoy; el estudio de grabación, las librerías son los nuevos templos desde donde las Paulinas deben anunciar el Evangelio”.

Historia

La congregación de la Pía Sociedad de las Hijas de San Pablo, más conocidas como - Paulinas - fue fundada el 15 de junio de 1915 por el beato Santiago Alberione en Alba, Italia, junto con la ayuda de la venerable Tecla Merlo, para la difusión del Evangelio.
"El Padre Alberione en 1915, pensando en el apostolado de la buena prensa podían ser de gran ayuda la cooperación de religiosas con la oración, el trabajo y la propaganda, fundó una familia de jóvenes (...)" (DcA, 1928)

Somos mujeres consagradas a Dios en la Iglesia Católica
que con el ardor misionero de San Pablo nos dedi¬camos a vivir y dar al mundo a jesús Maestro Camino, Verdad y Vida y así llevara todos los pueblos la Pala¬bra de Dios hecha libro, sonido, imagen y canción, sirviéndonos de todos los lenguajes, medios y expresio¬nes de la comunicación para que la Buena Noticia llegue a cada persona

Con esta misión estamos presentes en 54 países en los 5 continentes, como Pablo, a todos deseamos hacer el don de Jesús, que es la Verdad que salva, el Camino que conduce al Padre, la Vida que se dona por todos.

El Padre Santiago Alberione fundó en 1915 a las Hijas de san Pablo, con el objetivo de difundir la Palabra de Dios a todos los pueblos, a través de los Medios de Comunicación Social.

Con esta gran misión, llegan a Bogotá, Colombia el 24 de abril de 1948 las hermanas Leticia Elena, Giovanna Vascheto, Imelda Toschi y Luigina Grandi, pero por la dificil situación les aconsejaron trasladarse a una ciudad más pequeña, fue así como dos de ellas Segaron a Manizales en 1949 y más tarde a Barranquilla, Medellín, Cali y Cúcuta, expandiendo en estas ciudades y en las regiones de Colombia y Ecuador la misión paulina.
Con gran alegría celebramos los 100 años de entrega permanente, alegre y generosa de las Hijas de San Pablo-Paulinas en Colombia; 100 años de fundación en los que al sentirnos elegidas y amadas en Cristo Jesús, deseamos seguir llevando la Palabra de Dios a todas las personas.